Dibujados sobre el rostro, por encima de los labios y las palabras, la percepción de los ojos siendo una visión del mundo, una observación rápida alrededor y un pestañeo para captar en un instante el momento.
Mirando, observando, contemplando, las palabras son infinitas, un diccionario no comprende el perderse en un rostro, el sentir la mirada, narrar detalles o simplemente…observar. Indescriptible sensación, una estocada en las entrañas, un golpe para los sentidos, una copla en una mirada.
Contemplando el simple caminar de una bella desconocida, pasar a su lado por mera casualidad, sonreír por dentro y decir entre labios: “Que hermosa”.
La sensación, infinita, el instante corto y el encuentro casi imposible. Una parada de autobús, una vereda, una calle o en una biblioteca. Colocando en un tiempo indefinido el momento de decir: “hola”. Saber el nombre, conocerte, saber que postra el pensamiento sobre ti, todo eso vendría después.
Un autobús, una mujer subiendo las escaleras, entregando unas monedas y regalándome a mi la sensación indescriptible. El cabello, oscuro y acariciando sus hombros. La tes, pálida, la sensación de una textura desconocida, pero tan hermosa. Con sus ropajes negros, mas halla del aspecto sombrío lleva por encima la elegancia, un contraste entre su piel y su abrigo, trayendo en ella una sonrisa para mí.
I can’t take my eyes of you, la frase no podría ser mas precisa, que los ojos son temporales, pero la mirada es infinita. El intentar contemplar por un instante perpetuo, el querer entre las pupilas ver reflejado el indescriptible rostro, mas que ser superficial uno admira los rasgos que hacen hermosa a alguien.
Que la poesía ha hablado de muchas cosas, pero describir a una mujer…es algo único…
Miguel…
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