miércoles, 4 de diciembre de 2013

Encontrarnos otra vez [K]

Los sonidos constantes del corazón retumbando serían un deja vu del instante previo a nuestro primer encuentro. No lo parece pero, como ha pasado el tiempo. Te divisaría a lo lejos y una sonrisa involuntaria secuestraría mis labios. Tú sonrisa aparecería también, distinta y cálida a la vez, porque si que ha pasado el tiempo y ambos nos echábamos de menos.

Y es que ha ocurrido tanto que quisiera compensarte la ausencia al rodearte con mis brazos. Nos hicimos falta pero quizá con esto quede todo olvidado. Puedo notar en tu mirada las tormentas por las que has pasado, afrontándolas y resistiendo, como esculpida en mármol. Siempre pareciste resplandecer, como llama encendida que perpetuamente busca un mejor destino.

La ausencia habrá parecido eterna y nuestros días se consumirán fugazmente. Desearé en secreto congelar este momento, un limbo en el tiempo en el que no te hago falta y jamás estaré lejos. Porque lo nuestro no ocurre siempre y este quizá sea ya el último encuentro.

Aunque prefiero que esta vez podamos ambos saberlo...

Nos beberemos la noche, saborearemos el alba, disfrutaremos el agridulce atardecer. Te recordaré en tus mejores facetas, la calidez de tu sonrisa, la luz de tu rostro, el peso de tu mirada. Me sumergiré en tus ojos y dejaré que tú lo hagas en los míos. Querré con tu último abrazo divisar tu futuro, saber y sentir que estarás bien. Que encontrarás lugares y personas que complementen unos días que con el tiempo han mejorado. Es lo único que para ti siempre he deseado.

Y en el final del último día intentaré que una parte de mi se quede contigo. En mis memorias siempre estarás tú, y al despedirnos te sonreiré, antes de perderte entre la multitud.

En ese último encuentro querré compensar inútilmente un adiós eterno.

Por: Miguel

Lose You In The Crowd de Devotchka

viernes, 2 de agosto de 2013

sábado, 20 de julio de 2013

1M [K]

Días extraordinarios los de hace un mes,
Lo siento lejano pero parece haber sido justo ayer.
¿Pasó un parpadeo o el extrañarte vuelvo al tiempo eterno?
Encontré en días aquellos, la fórmula perfecta de tú compañía y nuestros besos.

Como dos desconocidos que se extrañaban,
Sentí en aquel primer abrazo resumidas mil conversaciones,
millones de palabras.
Tú y ese preciso instante, hicieron olvidar el cansancio, hicieron olvidar el largo viaje.

Me sentía en casa estando entre tus brazos. No me hubiera gustado ser otra persona.. ni estar en cualquier otro lado.

Aquellos días extraordinarios,
perdiéndome en tus pupilas y el delineado de tus ojos.
Cayendo al hielo y sentirnos como unos tontos.
Jugar con nuestros labios a conversar sin palabras.
Te quiero tanto pero las letras no alcanzan.

Lo cómodo del césped, lo suave de tu cuello.
Volviéndome loco besando sin cansancio,
Me encanta reír contigo,
Contemplarte por minutos, abrazarte sin pensarlo.

Hace un mes de esos días extraordinarios,
Cada uno de ellos,
Me roba una sonrisa el solo recordarlos.
Besarnos al atardecer del último día,
Querer volver al tiempo eterno.
Alargar por siempre la despedida.

¿No te gusta a ti también recordarlos?
Quisiera repetir días así hasta el cansancio.
Te quiero tanto, hermosa.
Que este sea el primer mes de muchos otros tantos.


Por: Migue, que te quiere mucho a pesar de todo, a pesar de discusiones tontas y raras y de esta distancia que dejó de parecer tan invencible. 

jueves, 18 de julio de 2013

Había olvidado como es el llorar a solas [K]

Golpearon las letras como puñetazos, fuertemente en las entrañas. Lo dijo y yo no lo veía venir. No habíamos estado a la perfección. Las platicas cortas, las respuestas frías, la falta de cariño. ¿Sabes? Me siento tan impotente. Detesto no entender, me considero idiota cuando algo que parece tan obvio golpea en la pantalla del computador. Esta ahí, entre sus palabras, me dice que es evidente pero mis ojos no pueden encontrarlo.

Me siento mal. Me siento tonto. Queriendo hablar de algo que ella pretende evadir. Yo solo quiero que estemos bien, como siempre lo hemos estado a pesar de ir en contra de lo que está establecido. Parecía fácil pero nadie dijo que era sencillo.

Había olvidado esta sensación de querer escribir tanto y decir tan poco. No puedo traducir en palabras cada impulso eléctrico, cada palpitar. ¿Y que ocurre? ¿Y que pasa? Me recorren preguntas que quedan vanamente contestadas por una mueca en mi cara. La quiero, en verdad la quiero tanto, adoro la forma en la que se siente cuando ambos estamos bien, conversando, platicando, suspirando. Sintiendo un cosquilleo en la piel que hace recordar que estamos enamorados a pesar de todo. Y aquí estoy, a las 3:30 de la mañana, interrumpiendo este escrito solo para asegurarme si ha respondido. No lo ha hecho y parece que no lo hará.

¡La quiero tanto! Lo sabemos ambos. ¡Ella lo sabe! y estamos llegado a actuar como si ambos lo olvidáramos.

Hay cosas que llegué a adorar y algunas que últimamente he comenzado a detestar. Detesto no comprender, no comprenderla. Su ausencia de cariño, su falta de interés en nuestra conversación. Odio saber que es culpa mía, odio sentirla más lejos de lo que en realidad está. Odio decirle un "te quiero" y que no responda de la misma manera. Saber que no quiere escucharme hoy. Que se va ¿sin culpa? ¿sin interes?

(Ahora estoy seguro de que no va a responder)

La verdad ya no se que más escribir, odio esto,  no quiero otra cosa más que estar normal, que estemos bien, platicar y sentirte tan cercas de mi. Detesto que de pronto nuestras platicas se vuelvan todo lo contrario. Me detesto por no entenderte tantas veces. Tus respuestas cortas ¿Como crees que se sienten respuestas así cuando es lo único que estoy esperando sentado frente al escritorio? o ¿El hecho de que no quieras hablarlo? Me siento tan inútil, tan impotente. La chica a la que quiero tanto se cansa de mi y no logro arreglarlo. Te quiero tanto, pero siento que tú a veces no. ¿Por que no nos decimos todo? ¿Por que no podemos hablarlo? Hoy te fuiste sin decir nada más... 

No se que más decir aquí, tengo tanto en la cabeza pero no se ponerlo en estas líneas. Me vendría bien escucharte, hablarlo... pero, pocas veces se trata de lo que yo quiero. 

(Había olvidado como se sentía llorar en silencio)

jueves, 2 de mayo de 2013

En una realidad sin ti [K]

Me encontraría probablemente con una rutina que desgastaría el alma y los huesos. Vacía, aburrida, sobre una línea infinita que no daría señales de cambiar ni un poco cada día. Mismos rostros, mismas personas, esas mismas a las que quise, odie y volverían a embriagar al corazón con promesas que nunca se hicieron.

Sería cansado, sería estúpido...

Las mañanas serían tediosas, las noches demasiado cortas. Cada minuto con una mente completamente vacía, un corazón repleto de falsos amores y un hombre viviendo de lo mismo cada día. (No odio la rutina, solo las mismas tonterías).

Me encontraría probablemente con un hombre aferrado a las cosas que no pasaron. A las personas que debió ya haber olvidado. A instantes que (según él) podrían cambiarlo todo para siempre. Le gusta creer que el destino solo se demoró un poco en cumplir sus deseos.

Sería tonto, sería repetitivo.

Me encontraría sin ti, en una realidad que preferiría nunca vivir. Prefiero recordarte por las mañanas, despedirme de ti hasta muy tarde. Verte de vez en cuando, escuchar tu voz, resguardar en mis labios el deseo de poder besarte. Si acaso existe una realidad sin ti, me siento aun mas afortunado de saber que te encuentras a solo un viaje de aquí.

Todo lo que me queda eres tú, pues eres la única persona con quien deseo estar. No necesito nada más.

Y repito "gracias por existir" hasta el cansancio, gracias a la casualidad que me deja dedicar esto para ti. Amo esta realidad, adoro que estés en mi mundo y yo en el tuyo. Y la lista sigue y sigue. La manera en que agradezco, la manera en la que te quiero y deseo.

En una realidad sin ti, con un corazón ciego y una rutina casi eterna por vivir. Agradezco enormemente que solo que sea ficción.

Allá va el mundo y estoy justo en el medio...contigo. En nuestra propia realidad donde la distancia solo demora los besos y las caricias. Una larga espera es mejor que una realidad vacía. Te quiero tanto, aunque esté yo a muchos kilómetros de ahí

Mejor lejos que una realidad viviendo sin ti.

Por: Migue

"All I Have Left Is You" de The Offspring
"Beautiful Day" de Saving Abel
"In the Middle" de Theory Of The Deadman

miércoles, 1 de mayo de 2013

Su cuerpo de mármol [K]

A través de sus palabras dejaba entrever la necesidad de un cálido abrazo. Las semanas y meses han pasado desgastando poco a poco su cuerpo de mármol. Siempre ha sido fuerte, mas que nadie que haya conocido. Me ha sido siempre imposible imaginarla rompiendo en llanto. Su faceta divertida siempre está ahí, uniendo las pláticas con una broma detrás de otra.

Otras conversaciones, también, con dosis bien medidas de frustración y amargura producto de amar de más, pensar demasiado o desear dejar todo de lado pero, como un bastión en la tormenta, enfrenta a solas el granizo, el viento y la lluvia.


Es una chica con el cuerpo y alma de mármol. Fuerte y firme pero desgastada por las personas, el tiempo y las tormentas. La escucho, la escucho y la leo todos los días, deseando con cada mal rato que ella pasa ser un abrazo dicho en palabras. No merece ni siquiera la mitad de sus malos días pero, con su cuerpo y alma de mármol soporta el peso, soporta frustración y la falta de días perfectos.

Y en su vida que a veces es tormenta desearía ser apoyo y defensa. Tan solo soy ojos y oídos de sus problemas. Desearía hacer más, acompañarla bajo la lluvia y el granizo, que no sean solo palabras los abrazos que le he prometido.

En sus ojos dejaba entrever el deseo de un abrazo y una caricia. Siempre ha sido fuerte, pero inclusive el mármol puede llegar a romperse.

Por: Miguel

martes, 16 de abril de 2013

Imaginé un atardecer para nosotros dos [K]


Desde la ventana de mi habitación imaginé un atardecer para nosotros dos. Contemplábamos el final de nuestro primer día juntos. Ese punto en mi vida, ese “antes y después”. Te abracé, tú lo hiciste también, guardé en mi memoria la tibieza de tu cuerpo, el aroma de tu cabello, tu lento respirar.

(Nos volveremos a ver pero no quiero nada de esto olvidar).

Tus dedos caben perfectamente entre los míos, desearía que se quedaran ahí una eternidad más. Mis brazos se enamoraron de tu cintura, mis oídos de tu voz, mis ojos de los tuyos. Y yo… yo te amaré aún más, hasta donde el corazón me lo permita. Sabía que existías y los ojos pronto tendrán de ello una garantía. Te quiero tanto, quisiera dejar las palabras un poco de lado y con acciones demostrártelo.

Imaginé un atardecer para nosotros dos, con un beso lento bajo un cielo color rojo y lavanda. Acaricié tu espalda, te acerqué hacia a mí. Me diste el inmenso regalo de poder jugar con tus labios a hablarnos sin palabras.

Habrá un día después de este, pero este atardecer está por terminar, está por desvanecerse.

Desde la ventana de mi habitación nos imaginé a nosotros dos. Prefiero mil veces un atardecer ficticio, contigo, a uno real sin ti.

(No puedo esperar para esa perfecta ficción poder vivir)...




lunes, 18 de marzo de 2013

Protagonistas de historias ficticias [K]

Existe el soñar dormido, el divagar despierto. Detesto la forma en la que sueño, desperdiciando una realidad sin limites ni reglas, donde podría abrazarla, escucharla, recorrer su espalda con mis manos, sentir sus labios jugando con los míos. Sueños desperdiciados con escenas confusas, imágenes borrosas, lugares desconocidos.

Si pudiera controlar mis sueños, invitaría a tu mundo a fusionarse con el mío.

Adoro el divagar despierto. Crear escenas de encuentros, de paseos, de besos. Idear planes que nos acerquen hasta volvernos un solo punto en el mapa. Ella lo vale, los viajes, el tiempo, la falta de sueño. Historias ficticias que ideamos entre ambos, caminar tomados de las manos, caricias hasta quedarnos dormidos, un beso espontaneo. Me roba el aire en forma de suspiro sentirme dentro de la historia. Besarla y abrazarla con todo mi amor, volver a los segundos horas.

Historias que crean sensaciones en los labios. Latidos del corazón que (aunque estén lejos) suenan sincronizados. 

Me encantas tú, me gustas tú y cada detalle que te hace ser irrepetible. Adoro la forma en la sonríes, robas suspiros y aceleras al corazón. ¿Alguna vez te dije que me encanta el sonido de tu voz? Me gusta quien eres, me gustas tú.

Tu cabello y preciosos ojos. Tus labios y cuerpo. Podría escucharte por horas, la forma en la que hablas hipnotiza y enamora. Adoro la conexión que siento al leer tus palabras. Te comprendo, te entiendo, tus bromas y chistes me encantan. Existe la chica de mis sueños en algún rincón de mi cabeza, se volvió tan poca cosa cuando supe que existías tú...

Eres real para mí y que seas tan difícil de alcanzar provoca tanta frustración. Pero ¿que acaso lo extraordinario no requiere sacrificio y dedicación? Yo no quiero que la historia termine aquí, quiero encontrarte (solo te quiero a ti).

Te quiero tanto...quiero hallarte, acercarte a mi y sentirte entre mis brazos.

Por: Miguel para mi gatita Kath :3


martes, 12 de febrero de 2013

Primer beso [K]


Atardecía. El día entero se había quedado con más de una conversación, con más de una sonrisa de sus labios, con más de un par de abrazos. Soplaba el viento, hacía bailar las hojas y despeinaba su cabello.
Caminábamos juntos por el parque cuyas veredas aprendí de memoria. Las farolas comenzaron a encenderse al mismo tiempo que moría el sol en el horizonte. Aun había luz, una luz suficiente para pintar con acuarelas el cielo de naranja y lavanda. Aceleró ella el paso, invitándome a seguirla sin preguntar a donde se dirigía.

Se detuvo bajo un árbol cuyos sus verdes retoños se asomaban en sus ramas, haciendo la lucha por crecer y encontrarse con la luz y el viento. Había césped debajo de él, el asiento perfecto para disfrutar de los últimos rayos de sol de un día que estaba ya culminando.

Me senté y la invité a que lo hiciera también. Se sentó entre mis piernas acomodando su cabeza junto a la mía. La rodee con mis brazos por la cintura mientras tratábamos de estar lo más cómodos posible. Apoyé mi cabeza en la suya y dibuje en mi mente el aroma de su cabello. Guardo hasta hoy esa pintura de aromas en mi mente.

No eran necesarias las palabras. Era nuestro sereno silencio y la música que tocaba el viento. Movió su cabeza y se acercó más a mí. Comenzó a besarme en el cuello con la extrema suavidad de la seda en sus labios. Jugó con ellos en mi piel tentándome a querer robarle un beso para guardarlo por siempre. Provocaba un cosquilleo que erizaba al alma de placer. Las manos se movían involuntariamente acariciando su cintura, mis labios exigían un roce de los suyos.

Me voltee sin pensarlo y besé sus labios de seda con la delicadeza que ella merecía. Eran tan suaves, eran deliciosos, como pétalos de rosa acariciando la punta de los labios. Sabía que la cúspide de mi vida estaba resguardada en ese primer beso.

Se volvió un emblema para un día perfecto con la chica perfecta. Erizaba la piel, alimentaba los sentidos hasta dejarlos saciados. Ignoro cuanto duró pues el tiempo se olvidó de nosotros y nosotros de él. La besaba, la sentía, la acariciaba, intentando extender ese instante hasta la eternidad. Guarde la sensación de sus labios en los míos. Aun los siento cuando recuerdo nuestro primer juego con los labios.

Sopló el viento como recordatorio de una noche que poco a poco se ponía sobre nosotros. La abracé más fuerte y ella lo hizo también, tratando de resguardar la tibieza que en ese instante a ambos nos acobijaba. Nos miramos, sonreímos. Bastó el silencio, bastó ese beso.

Me acerqué a ella y besé su frente, agradeciéndole sin palabras una tarde y noche que sigo amando hasta el día de hoy. Me abrazó como respuesta, fue suficiente para ella y lo fue para mí también.

Nos pusimos de pie, y le dimos una última mirada al atardecer que ya estaba terminando. Nos tomamos de las manos y recorrimos el camino por donde habíamos llegado, recordando ese atardecer, ese primer beso, esas caricias, esos abrazos. La realidad superó a todo lo imaginado.

Besar en un instante así a la chica de quien había estado enamorado…

sábado, 26 de enero de 2013

La musa y el poeta (Desconocidos con nombre)


Recuerdo buenos días. Platicas que se imprimían en los ojos, llegaban a la mente conectada con el alma. Palabras que rayaban en la poesía. Ella, chica sin rostro, yo, un arremedo de poeta. Juntos en realidades diferentes divididos por una pantalla de computador. Escribíamos con palpitares directos del corazón. Hablaba ella de amores reales, de los que traicionaban, los generadores de sonrisas, de latidos desenfrenados. Y el joven que se creía poeta imaginaba amores que nunca llegaron.

Atardecían amores que parecían romper con lo ordinario. Nuestras cabezas se empapaban con una lluvia ficticia que generaban los malos días, los fracasos de amor, las esperanzas que se quedaban dormidas. Yo la tenía a ella, ella me tenía a mí y ambos teníamos palabras que se comprendían las unas a las otras. Cuando el querer y el amar parecían ficción podíamos estar de acuerdo. ¿Yo? Yo sentía que me entendía. Efímera compasión por el joven que aún no hallaba el amor.

Escribía, como un impulso inconsciente de querer hablarle con palpitares. Inspiraba, se volvió una musa aún más grande que un otoño perfecto, que un cielo pintado con acuarela, que una estrella fugándose al infinito. Recuerdo buenos días, donde el autor se aferraba a su inspiración. Parecíamos comprendernos entre los años que se deslizaban a través del calendario. Entre las palabras sin un límite conocido que se escribían como poesía improvisada.

En realidad la quería, en realidad me importaba…

Y ella volvía a enamorarse dando la ilusión de un tiempo que corría más apresurado que lo usual. Seguía solo, en la misma situación, con una mente que resguardaba una esperanza que se había cansado de las mismas palabras. De la compasión convertida en rutina. Ella cambiaba como el amor le decía, yo estaba igual que siempre y ella no lo entendía.

(¿Recuerdas cuando hablábamos y decías que me comprendías?).

Recuerdo habernos perdido en alguna parte entre la indiferencia y la distancia. La poesía dejo de ser constante. Me encontré con una chica que cambiaba un poco cada día, como arena en un reloj que se vacía.

Nos volvimos indiferentes a nuestras vidas, dejando nuestras conversaciones en una esquina lejana en nuestras cabezas. Se olvidó la antigua rutina (el hablar a diario, el escribir, el creernos necesarios).
Somos desconocidos con nombre. No sé quién es y no sé si lo supe algún día. Escucho canciones que me recuerda a aquello, esos casi lejanos buenos días.

(¿Sabes que me gustaba? Que era ella quien comenzaba las pláticas. Era ella quien saludaba).

Y nos perdimos al vendarnos los ojos. Solo sabíamos de nuestros mundos, nos dejamos de importar el uno al otro. Hice un intento, recobrar las largas conversaciones en un itinerario donde ya no hay espacio. Hay personas más importantes que aquel intento de poeta que podía escucharla por horas. En su vida no hay tiempo para volver al pasado.

(Lo supe cuando tuvimos la oportunidad de vernos y simplemente lo dejó de lado)…