lunes, 24 de febrero de 2014

Sueños sin nuestro silencio [K]

Miraba directamente al escenario sin diferenciar muy bien lo que se presentaba. Estaba sentado justo en el extremo derecho de unos asientos colocados dentro de una especie de evento, sin tener una idea de cómo había llegado ahí o que estaba esperando sentado en ese centro de convenciones de mi ciudad.

Vino a mí el recuerdo de haberte visto entre la multitud. Por alguna razón había tratado de evitar hacer contacto visual contigo. ¿Por qué haría eso? Quizás quería ahorrarnos a ambos el momento incómodo que el encontrarnos pudiera causar.

Miré un poco a mi derecha. Creí haberte visto un poco más lejos o al menos a alguien parecida a ti. No aparté la mirada, no estaba convencido de si eras tú o no.

De pronto, me miraste. Eras tú, a unos cuantos metros de mí acompañada de una chica a la que nunca había visto, al parecer amiga tuya. Hiciste señas con tus brazos para asegurarte de que te había visto. Caminaste hacía mí al mismo tiempo que yo me levantaba de mi asiento. No pensé demasiado y creo que tú tampoco. Al estar uno frente al otro, nos abrazamos, justo como lo hicimos la primera vez que estuvimos juntos.

Te había extrañado y lo había hecho hasta ese día. Olvidé por un instante todo aquello que nos había llevado a ser casi un par de desconocidos.

Nos separamos un poco. Te miré a los ojos, tú miraste los míos y, sin pensarlo más, ambos nos besamos.
Me sonreíste aún sin decir nada. Tú amiga que no estaba muy lejos de nosotros te dijo un par de cosas al oído. Volviste a verme a mí y me pediste que las acompañara a las dos. No esperaste a que respondiera. Me tomaste del brazo y me guiaste entre la multitud siguiendo a esa amiga tuya.

No entendía nada. No sabía porque estabas aquí ni que le había pasado a ese silencio entre ambos que nadie había impuesto. ¿Meses y meses de no saber nada de ambos se habían esfumado en un encuentro que parecía obra de la casualidad?

Dejamos de caminar y ambos nos detuvimos junto a un muro mientras tú amiga iba a un lugar no muy lejos de nosotros. Te miré pensativo “¿Por qué?”, te pregunté. Dentro de mi cabeza la frase completa fue “¿Por qué viniste hasta aquí?”, no dije el resto creyendo que la pregunta era muy obvia.

“Se volvió difícil, Migue”, me respondiste sin mirarme de frente. Sonó como la respuesta a “¿Por qué llegamos al punto de querer olvidarnos de nosotros?”.

No dije más y tú tampoco. Todo el lugar se fundió en negro mientras trataba de conservar la imagen de ti a unos centímetros de mí.


Desperté. Y ese molesto silencio aun nos separaba.

viernes, 14 de febrero de 2014

Cooperativo en un juego de dos [K]


Curioso, como si el asunto entero se tratara de un simple juego. En cierta forma lo era, quizás, una metáfora para un amor a distancia. Un juego, si. Una broma, jamás.  

Pienso ahora en las reglas que estuvieron ahí desde el principio, escritas sobre una pantalla imaginaria advirtiéndonos de todo aquello que nos pudiera esperar. 

Siempre contigo, nunca sin ti. Retrasarnos en el camino está dentro lo probable, no saber que hacer lo está también, como en cualquier historia, como en cualquier juego. En cooperativo, tú y yo, hasta que algo que ahora desconocemos de esto por terminado. 

(Hubiera querido que pasara más el tiempo). 

Retrasarnos pero nunca ir en reversa. Varados pero nunca separados. Lejos pero dando vida al juego que narra nuestra historia.  

Amor en cooperativo. 

-Tú: El jugador 1
-Yo: El jugador 2

Avanzando sin dejar al otro detrás. Apoyando e intentando no ser una carga (a veces podemos fallar). 

Podemos, inclusive, querernos de este juego olvidar. 

Hablar, reír, querernos. Pasar los días ayudándonos mutuamente a sentir que no estamos lejos. 

... 

Se vuelve difícil pero no imposible. Te he perdido el rastro. ¿Sigues ahí? ¿Aún me escuchas? Podemos continuar, ya sabes, como lo hemos hecho hasta ahora. No existe nada que nos haya detenido. Retar a lo improbable es una de las muchas razones para amar este juego.

Lo nuestro, lo que siento por ti, no es desechable.

Vamos Jugador 1, que no puedo seguir sin ti. 

Amor en cooperativo, una metáfora para el "Ella y Yo". No existe el "Yo" sin el "Ella", no existe este juego si alguno decide abandonar. 

Siempre estuvo ahí la opción de continuar o renunciar. En algún momento el juego se volvió aburrido, cansado o quizás un poco de ambos. 



[El jugador 1 se ha desconectado. GAME OVER] 

Contemplo esa pantalla imaginaria con ese mensaje escrito en ella. Se fue, el juego terminó. Siento el pecho repleto de deseos de haber querido continuar viviendo aquello, de reír, de querernos, de quererla. De seguir enamorado de la jugadora que me había estado acompañado. Pero se ha ido y con ella la expectativa de avanzar más, mucho más en este juego. 

Me gustaría pensar que es solamente una pausa. Nada más que eso. 

 

THANKS FOR PLAYING!