martes, 29 de septiembre de 2015

Y un año se cumplió [P]

Rompió la burbuja desde el primer segundo. Su manera de comenzar una conversación fue la carta de presentación más única que había visto hasta ese día. Mi mente dibujó de manera inconciente ese par de pupilas que me miraban fijamente. Era una chica. No, era la chica, solo que en aquel instante lo ignoraba completamente.
Y los meses pasaron.

Nuestros encuentros se volvieron constantes, nuestras miradas más largas y las conversaciones más interminables. Me mostró fracciones de su mundo y yo le mostré partes del mío. Parecíamos ser tan distintos, tan incopatibles. Creíamos que aquello solo era una clara evidencia de algo imposible entre nosotros.

Y sin embargo, estabamos equivocados.

Y un día nos volvimos necesarios. Eramos indispensables, ella para mi y yo para ella. Meditabamos en solitario la idea de que algo existiera entre ambos. Que todas las tardes que vivimos juntos, las platicas eternas y los momentos que parecían tan exactos eran solo el preludio de algo más grande. Una vida donde podía pertenecerle a ella y ella podía pertenecerme a mi. Todo aquello escrito en un contrato imaginario.

Ella lo propuso y yo lo acepté sin pensarlo.

Y pasó un año.

No pensamos en si funcionaría o cuanto podría durar. Tan solo vivimos, reímos, besamos. Sin hacernos preguntas, sin pensarlo tanto. Dejamos todo lo vivido antes detrás, era ya solo un recordatorio de los días en los que solíamos ser menos felices. Menos completos.

Encontré en ella la mezcla que buscaba, una seguridad que deseaba y una felicidad en la que había dejado de creer. Lo nuestro supera a lo que ya he vivido. Si una mezcla de casualidades fueron las que me llevaron hasta a ella desearía vivirlas una vez más.

Y un año ha pasado, sintiendose como la fracción de algo que no posee un final definido. Somos nosotros dos, queriendo extender nuestra historía hasta un punto que no conocemos. O quizás solo estamos viviendo, recordando de vez en cuando como ha pasado el tiempo.

Y pasó un año... y nunca creí que pudiera llegar a amarla tanto.

Miguel