domingo, 14 de diciembre de 2014

Mi mente se ha fugado [P]

Y con esta he perdido la cuenta. De nuevo me he sorprendido a mi mismo desconectado de la realidad, desconectado del mundo, sabiendo a la perfección que mis ojos la miran y mi mente se ha quedado ya en blanco.

Pareciera que sus ojos aprendieron a hablar un lenguaje que conocen los míos. Como si susurraran, no lo sé, quizás mis ojos le dieron un significado a los suyos. Se pierden y los encuentro fijos en ella, queriendo encapsularla en un par de recuerdos. Con cada día reúnen más y más. Para ellos nunca son suficientes.

¿Cuando comenzaron sus ojos a resplandecer de esa manera? ¿Que acaso siempre lo hicieron y comencé a notarlo hace un par de meses atrás? Brillan y hablan, acaricia con la mirada.

Como diciendo un "te quiero" sin palabras.

(Parecían mirar distinto hace meses atrás, cuando ella era aquella chica linda que nada prometía. Eran ojos, nada más. No me perdía en ellos, no acariciaban, no encontraba algo que contemplar... Pero en algún momento todo aquello quiso cambiar).

Mi mente se ha fugado. Se perdió contemplando cada detalle, cada curva. Y ahí vamos de nuevo, desconectados del mundo (o quizás la volvimos el nuestro por un par de segundos). Ahí están sus labios, las curvas de su perfil, el color azul de su cabello, sus suaves mejillas.

Ahí está ella, conquistándome simplemente por ser quien es. por lucir como luce. Me tienta la forma de sus labios, me tranquilizan el brillo de sus ojos, me enternece la suavidad de sus mejillas, me encanta el color de su cabello.

Hubo un tiempo en el que todo ocurrió, que llegara a fascinarme como lo hace hoy...

Y entonces me mira de la forma más tierna posible, me sonríe y me abraza. Me observa mirando hacia arriba, sabiendo que adoro como lucen sus ojos cuando me mira de esa manera. Deslizo mis dedos suavemente en su mejilla. Vuelve a sonreír al mismo tiempo que cierra sus ojos. Me parece una gatita, sentada en mi regazo disfrutando de un par de caricias.

Deseo tenerla conmigo, protegerla, consentirla...

Deslizo mi mano a través de su cabello, paseándome entre sus mechones de color azul. Vuelve a mirarme, hablando con sus ojos como lo ha hecho antes.

Nos besamos suavemente, abrazándonos con los labios, diciendo tanto sin usar palabras.

Y de nuevo mi mente se ha fugado, dejando detrás de si una imagen de ella sobre un lienzo en blanco.

Por: Miguel...